A la mañana siguiente, la Naranja andaba por la calle y se encontró con un señor, que le preguntó que dónde estaba la basura.
- Ahí, ¿la ves?
La naranja fue y se metió dentro. Había un bollo, un donuts y patatas. Se lo comió. Vino el camión de la basura y se la llevó. La naranja se preguntó ¿Dónde estoy? La gente, asustada, la buscaba, pero no la encontraron.
La naranja dijo ¡qué mareo! Más tarde, llegó la ambulancia y se la llevaron al médico. Tenía todo roto... La vendaron.
La gente creía que era un monstruo. ¡Claro, con la venda blanca y roja!
Pasó el tiempo, se curó y dijo que no era un monstruo, que era la naranja. Contó su historia a la familia, a los vecinos y a todos.
Bárbara
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